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La escuela rural sigue muy viva en la provincia de Teruel y así se puso de manifiesto este fin de semana en las I... Expertos destacan la vitalidad de la escuela rural en Alcorisa

La escuela rural sigue muy viva en la provincia de Teruel y así se puso de manifiesto este fin de semana en las I Jornadas Atlas-Agora de Formación de Profesorado de Lenguas en Entornos Rurales que se celebró en Alcorisa y en las que participaron una veintena de maestros, editores de libros infantiles y críticos literarios.

Organizado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned), este congreso fue el marco en el que se repasó la historia de la escuela rural en España, desde la Constitución Española de 1812 o Constitución de Cádiz, con la que se pone en marcha la educación reglada de calidad en todos los municipios, hasta el salto que supuso en los años 80 del siglo XX la creación en la provincia de Teruel de los Cras o Criet, centros rurales agrupados que suplen las carencias en recursos humanos y materiales de los pequeños colegios.

Así lo explica el director del Criet de Alcorisa, Alejandro Labay, quien destaca que estos centros rurales agrupados son una iniciativa «genuina y de éxito» de la provincia de Teruel que se ha convertido en un faro educativo a salvo de los vaivenes políticos.

Literatura

En el CRIET de Alcorisa, escenario de las jornadas, se dieron cita expertos en educación que analizaron también la importancia de la literatura en el aprendizaje de la lectura y la escritura. Dieron la bienvenida a los asistentes el alcalde de Alcorisa, Miguel Iranzo;  el director provincial de Educación de la DGA, José Luis Castán; y la directora de las jornadas, Elena Bárcena.

Una sala del Museo de la Escuela Rural de Alcorisa.
Una sala del Museo de la Escuela Rural de Alcorisa. Heraldo

Entre los participantes figuran la profesora del Juan Sobrarias de Alcañiz Pilar Ledesma, que selecciona libros de literatura para enseñar a sus alumnos a leer y escribir y organiza tertulias con los escolares. La escritora y crítica literaria Ana Garralón, los editores venezolanos de libros infantiles Pablo Larragibel e Irene Sabino o la profesora zaragozana Estefanía Monforte, son otros de los profesionales que aportaron su experiencia.

Fuente: Heraldo de Aragón

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