A principios de la década de 1970 se empezaron a entregar las primeras viviendas de la cooperativa sindical Balsas de Ebro Viejo, como se conocían en Zaragoza los varios depósitos naturales de agua estancada que se encontraban junto al Arrabal y daban nombre al polígono.

   La llegada de familias jóvenes con hijos pequeños desbordó los ya recargados colegios de la zona (San Braulio, Tío Jorge y Cándido Domingo). La construcción con urgencia del colegio Eugenio López y López, que se inauguró el 14 de diciembre de 1974, solucionó el problema. En agradecimiento, el Ayuntamiento le puso el nombre del que fuera Director General de Enseñanza Primaria que lo impulsó.

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Fuente: www.heraldo.es